¿Te imaginas un estudio para determinar si una parte de tu cuerpo realmente existe o no? Si eres mujer, te sorprenderá saber que se han realizado muchos estudios con el objetivo de descubrir si tienes o no un punto G. De hecho, la existencia del punto G ha sido objeto de debate desde el siglo XI.

En 1950, el ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg describió una región erótica distinta en la pared superior interna de la vagina. Desde entonces, el punto G ha sido objeto de controversia científica y sexual.

Algunas mujeres informan que experimentan un inmenso placer con la estimulación de este lugar. Sin embargo, otros han informado frustración por su incapacidad para encontrarlo o por la creencia de que no tienen un punto G.

Encontrar el punto G puede aumentar el placer sexual de algunas mujeres y brindarles a las parejas un desafío sexual divertido que perseguir.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que las personas que no pueden encontrar el punto G o que no quieren intentar encontrarlo aún pueden disfrutar del sexo gratificante y placentero.

¿Qué es el punto G?

El punto G, también conocido como área de Gräfenberg o punto de Gräfenberg, es una zona erógena dentro de la vagina.

Una zona erógena es un área del cuerpo que es sensible a la estimulación sexual.

Algunas personas informan que la estimulación de esta área les hace eyacular o producir mucha más lubricación de lo habitual. Otros dicen que ofrece un orgasmo más intenso, o posibilita el orgasmo por penetración vaginal.

Las respuestas de las personas a la estimulación del punto G varían. Algunas mujeres no pueden encontrar el punto G o no creen que lo tengan. Otros encuentran dolorosa o desagradable la estimulación del área.

Algunos informan que el punto G ofrece una forma diferente de placer intenso que no obtienen de otras formas de estimulación.

¿Dónde está el punto G en las mujeres?

La mayoría de las mujeres tienen básicamente las mismas partes, pero hay diferencias que se deben a la genética, si ha tenido bebés o no, y otros factores. Así como usted puede ser más bajo o más alto, tener brazos más largos o pies más grandes, su punto G puede estar en una posición ligeramente diferente a la de otra persona.

Generalmente, el punto G se encuentra en la pared anterior de la vagina, que si estás acostada, es la pared superior o frontal. Por lo general, es aproximadamente un tercio del camino hacia arriba de esa pared, pero puede ser más alto o más bajo. Puede sentirse más áspero que el tejido circundante y, a veces, se describe como una sensación de piel de naranja.

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punto g en las mujeres

¿Cómo puedes encontrarlo?

Encontrar el punto G puede ser difícil, especialmente porque en realidad no está en ningún mapa del cuerpo humano. Eso no significa que sea imposible. En lugar de buscarlo durante la actividad sexual en pareja, es más fácil localizar el punto G a través de la autoexploración.

Si buscas encontrar tu punto G, empieza por relajarte. Mientras exploras tu cuerpo, haz lo que te parezca mejor. Cuando esté lista, comience a masajear la abertura de su vagina antes de insertar sus dedos o un juguete sexual.

Luego, usando los dedos o un juguete, levántelo hacia el ombligo con un movimiento de «ven aquí». Recuerde, no está tratando de presionar un botón específico, sino de encontrar lo que se siente mejor para usted en esa región general.

Repita el movimiento a medida que aumenta la sensación y, en lugar de un movimiento de adentro hacia afuera, experimente manteniendo su atención enfocada en esta área interna.

Al igual que otras zonas erógenas, las preferencias pueden variar de persona a persona. 

No todos encontrarán satisfacción a través de la estimulación del punto G, y eso también está bien. Recuerda que la masturbación es una forma completamente normal y saludable de sentirte bien en tu cuerpo. Al tomarse el tiempo para explorar sus preferencias, también puede usar esa información para instruir a su pareja sobre lo que más disfruta durante el sexo.

Las mejores posiciones sexuales para estimular el punto G en las mujeres

Puedes experimentar con la estimulación del punto G con una pareja, usando los dedos, un pene o un juguete sexual diseñado para la penetración. Prueba posiciones que te permitan un poco más de control sobre tus movimientos para que puedas descubrir qué tipos de estimulación disfrutas más. Si bien muchas posiciones sexuales pueden ayudarlo a lograr esto, aquí hay tres para probar.

Jinete


Algunas personas se refieren a esto como la posición de «vaquera». Haz que tu pareja se acueste boca arriba, luego súbete encima y ponte a horcajadas. Esta posición te permite un control total sobre el ritmo, la profundidad y el ángulo de penetración para que puedas concentrarte en encontrar tu punto G.

En lugar de balancearse hacia arriba y hacia abajo, intente moverse hacia adelante y hacia atrás para estimular la región del punto G contra la pared vaginal interna. Mezclarlo también puede ayudar, así que no tengas miedo de experimentar con diferentes velocidades y ángulos.

estilo perrito


El estilo perrito es otra excelente manera de lograr una penetración más profunda durante el sexo. Es fácil variar el ángulo para llegar a tu punto G.

Comience sobre sus manos y rodillas con su compañero detrás de usted. Durante la penetración, intente inclinarse sobre los antebrazos o empujar las caderas hacia atrás para cambiar el ángulo hasta que encuentre la posición que mejor se adapte a sus necesidades.

Si lo desea, puede probar una variación diferente recostándose boca abajo con las piernas colgando del borde de la cama, permitiendo que su pareja se pare detrás de usted y penetre desde allí.

Puesto misionero cerrado


Esta variación de la clásica posición del misionero permite una mayor estimulación sin la profundidad de la penetración.

Comenzarás de espaldas en posición de misionero antes de juntar las piernas. Luego, las piernas de tu pareja deben estar a horcajadas sobre las tuyas, lo que permite un apretón más fuerte.

Si bien esta penetración superficial puede no ser tan profunda, crea una sensación más apretada y una mayor fricción contra el punto G, lo que podría ser la manera perfecta de ayudarlo a alcanzar el orgasmo.

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